Ahora necesito escribirte para sangrar todo ese dolor acumulado durante el ya para siempre maldito mes de Abril.
Desde que el médico pronunció la palabra "tumor", no he dejado de sentir dolor... Y como explicarlo, DOLOR, el más cruel, el más horrible.
Me he levantado cada mañana deseando quedarme inconsciente hasta que te recuperaras, para no tener que vivir ese miserable día a día, casi me da miedo decirlo, pero he llegado a fantasear con "no despertar", hasta que pasara la tormenta.
He querido no ir a verte, para no enfrentarme a la realidad. He gritado y suplicado a Dios que nos sacara de esta. He rezado tanto como he podido.
Ha pasado, en algunos momentos me tengo que repetir a mi misma "ha pasado". No vas a estar en casa cuando llegue.
Y vuelve el dolor, y como duele...
Sé que donde quiera que estés, nos volveremos a ver. Sé que de verdad estarás leyendo esto. Sé que ahora ya no hay angustias ni penas para tí, y sé que no las querrás para nosotros, pero entiende papá, que es tanto el vacío que dejas que cuando pienso en ello, me cuesta respirar. Sabes que es verdad.
Quiero dar las gracias a Dios por que seas mi padre. Por haber disfrutado el privilegio de tu irrepetible personalidad. De tu alegría, de tu vivacidad, de tu sabiduría y de tu bondad.
Se rompió el molde. Genio y figura. Balbino no hay, no habrá más que uno.
Gracias por todo papá, por todo lo que nos has dado a los cinco, y no hablo de cosas materiales, sino de todas las vivencias, los consejos, todas las tardes en el zoo, en el pardo, por los juegos de "masillas", por hacernos sentir siempre "tus mejores amigos". Gracias por haber esperado siempre más de mí. TE JURO QUE NO TE VOY A DEFRAUDAR.
En Septiembre si Dios quiere comenzaré el curso que tanto me has animado a hacer últimamente, y la mayor de la fuerzas que me empujan ahora mismo, es la del titánico deseo de que te sientas orgulloso de mí, de sentir que cumpla tus expectativas.
Gracias sobre todo porque siempre estoy tan orgullosa de decir que soy "la hija de Balbino", y hacerlo sea ya una buena carta de presentación.
La hija de una INMENSA PERSONA, de alguien sencillo, sin dobleces, alegre, carismático, amigo de todos y ayuda de quién lo necesitara.
Gracias, gracias, gracias.
Cuidanos hasta que nos volvamos a ver, nosotros te cuidamos a la dama como me pediste.
TE QUIERO